The Sibarist

Life reusing posidonia: arquitectura en busca de sentido

Ganadores del premio FAD 2018 y seleccionados para los Mies Van der Rohe 2019

SOSTENIBILIDAD E INTEGRACIÓN SOCIAL

Hoy queremos hablaros de este proyecto que nos ha apasionado y que demuestra que otra forma de construir es posible. Sostenibilidad y diseño con un fin social.

El proyecto Life Reusing Posidònia construyó en Formentera 14 viviendas de protección oficial recuperando técnicas de construcción tradicional y sostenibles, como el uso de la posidonia, una planta marina autóctona, como material de aislamiento.

Aprovechan los recursos del entorno utilizando tanto materiales de cercanía como la incorporación de artesanos locales.

Todos estos atributos le han supuesto numerosos reconocimientos como ganar el prestigioso premio FAD 2018 y haber sido uno de los seleccionados para el Mies Van de Rohe 2019.

 

Esta arquitectura diseña con especial cuidado cada espacio, siempre pensando en la vida de sus ocupantes.

Los edificios contaminan y más en las Islas Baleares, especialmente por los trasnportes. Por lo que sus objetivos con este proyecto son:

  • Reducir un 50% la contaminación de su fabricación, un 50% la producción de residuos de obra, y un 75% la energía para calentar o refrigerar.
    Para ello recuperan técnicas y materiales de la arquitectura tradicional, y sistemas de baja tecnología, sin aparatos sofisticados que se estropean.
    No solamente por cuestión ambiental. Si no porque, de hecho, se vive mucho mejor y cuesta casi lo mismo. Este edificio de viviendas plurifamiliares ha sido capaz de reducir la huella ecológica asociada en los siguientes porcentajes:

    • 50% Consumo de energía durante su FABRICACIÓN.
    • 75% Consumo de energía durante su VIDA ÚTIL.
    • 60% Consumo de AGUA.
    • 50% Producción de RESIDUOS.

El principal aspecto innovador es la reducción del 50% de las emisiones de CO₂ durante la ejecución de las obras, para lo que se propone una selección adecuada de materiales, en la que priman aquellos biosféricos, recuperando técnicas propias de la arquitectura vernácula, según la siguiente jerarquía:

    • 1 Residuos-materias primas locales con procesos industriales insignificantes.
    • 2 Materias primas renovables, de origen controlado.
    • 3 Materias recicladas o sometidas a procesos industriales insignificantes, procedentes de otros ámbitos.
  • Destaca, además, entre otras soluciones constructivas, el uso de la Posidonia Oceánica seca, como aislamiento térmico y acústico, promoviendo así la utilización de la posidonia con fines prácticos, siempre y cuando se haga un uso adecuado de la misma, aumentando además su interés social y la presencia en medios de comunicación.

 

  • La reducción de CO₂ en la construcción contribuye directa y positivamente en la protección de la misma, debido al peligro al que están sometidas las praderas de posidonia. Según el Consejo Superior de Investigaciones Científicas -CSIC-, durante el SXXI, perderán el 90% de su densidad, en un proceso que se iniciaría en unos 40 años, resultado de una extinción funcional de la especie, con un escenario moderadamente optimista de emisión de gases de efecto invernadero.

La arquitectura tradicional ha sido una referencia constante, no como forma, sino como manera de trabajar, la escasez de recursos y la utilización de lo que se encuentre a mano. Las sabinas, con las que se construían antiguamente los forjados, por suerte están protegidas. Las canteras de piedra arenisca, agotadas, y la poca paja que se produce, se utiliza para el ganado. Por tanto, solo les quedaba lo que llega por mar: posidonia y barcos. Además de los palés de obra, que permanecen en la isla a causa de embarcarlos de vuelta.

Así que proponen un cambio de concepto:

“En vez de invertir en una industria química situada en 1.500kms, dedicaremos el mismo presupuesto a una mano de obra local poco cualificada, que debe extender la posidonia al sol para secarla, y compactar en los palés, consiguiendo 15cm de aislamiento en cubierta. Además, resulta que la sal del mar actuará como biocida natural, y el producto será completamente ecológico.”

Solo recurrieron a otras islas como Mallorca, cuando se necesitaba un material imposible de encontrar en Formentera, tratando siempre de conseguir la mayor cercanía posible.

Destacamos especialmente la reutilización de materiales como las maderas, que a través de la Fundación Deixalles (gestionan objetos que nadie quiere, promoviendo el empleo de personas en riesgo de exclusión social), mediante el cual recuperan puertas antiguas y maderas que son posteriormente restauradas y adaptadas para este proyecto.

Los ladrillos utilizados han sido elaborados mediante un proceso artesanal (arcilla creada como antiguamente, tierra, agua y fuego), horneada en un tradicional horno como los de antes (caja metálica forrada en el interior por adobe fabricado por los artesanos), y como materiales para la combustión uso de biomasa (no produce azufre), a base de cáscaras de almendra, biomasa vegetal, restos de pinocha y astillas de pino.

Para la “piedra de marès” recurren a las canteras de Mallorca.

Las tejas han sido esmaltadas a mano por artesanos de Felanitx y la cal, ya casi en desuso, se trae de allí también, que la cuecen además con aceites reciclados.

Bajo el lema “piensa global, actúa local”, proponen un modelo de arquitectura hiper local, en que cada proyecto devenga mapa de recursos del territorio. Dicha aproximación permite relacionar la cuestión ambiental con la tradición cultural propia de cada región, logrando no solo la prevención del calentamiento global y una mejora de la calidad del aire, así como una recuperación de la calidad paisajística de las ciudades.

Algunas otras medidas bioclimáticas usadas son un diseño de ventilación natural por succión, protección de vidrieras con porches y pérgolas con parras y un cañizo de bambú, persianas, contraventanas interiores de madera, redes blancas de pesca en la fachada para facilitar el crecimiento de las plantas trepadoras, reduciendo con ellos las radiaciones solares. La climatización pasiva se apoya con una caldera de biomasa y para la gestión del agua se han dispuesto aljibes para recoger agua de lluvia y con ello poder regar todas las plantas sembradas con función bioclimática (11 árboles y 40  plantas trepadoras). En el patio central, se ha situado una fito-depuradora de aguas grises que limpia el agua procedente de las duchas, para utilizar en los inodoros.

Dicha promoción fue seleccionada como Proyecto Piloto en el que comprobar y determinar el coste unitario real de una promoción de vivienda plurifamiliar que cumpla con los requisitos propuestos por la Guía de Medidas Ambientales para la Edificación en las Islas Baleares, desarrollada por el propio IBAVI en colaboración con Societat Orgànica Consultoria Ambiental SL. La aplicación extendida de este modelo posibilitaría la apertura de nuevas vías adicionales para alcanzar la Estrategia Europa 2020. Seguimiento en colaboración con la Universidad de las Islas Baleares.

Una arquitectura con sentido que piensa en el futuro.

La importancia de la Posidonia Oceánica

Respecto a la Posidonia es una planta marina y no un alga, que tiene raíz, tallo, hojas, frutos y flores. Forma praderas entre la superficie y los 40 metros de profundidad en aguas de gran calidad como las de Formentera. Es una especie endémica del Mediterráneo y, desde el año 1999, concretamente, la pradera del Parque Natural de las Salinas de Ibiza y Formentera fue declarada Patrimonio de la Humanidad. La Posidonia representa uno de los valores naturales más importantes de la isla, ya que ejerce una importante función en la filtración de los sedimentos, dando así una transparencia única. También contribuye a mantener la calidad y oxigenación del ecosistema submarino donde se alimentan y reproducen más de 400 especies de plantas marinas y 1.000 especies de animales marinos, muchas de ellas usadas en la gastronomía balear. Finalmente, las barreras de posidonia en la arena evitan la erosión de las playas.

La Extensión de la Posidonia

La Posidonia crea extensas praderas que tapizan el fondo marino y constituyen a un ecosistema de gran belleza, que posibilita el desarrollo de actividades recreativas como el submarinismo y el snorkel. Por todo ello, se puede afirmar que la contribución de esta especie, tanto al mantenimiento de la calidad ambiental y de las aguas, como su contribución a la economía del archipiélago balear, es vital. Las Islas Baleares tienen una extensión de 55.795 hectáreas de pradera de Posidonia, de las cuales 7.650 hectáreas corresponden a las aguas de Formentera. Esto se traduce en 76,5 millones de metros cuadrados para proteger sólo en Formentera.

Medidas de protección de la Posidonia en Formentera

  • Uso de boyas ecológicas: En la zona norte de la isla se encuentran el campo de 51 boyas ecológicas de la bahía de s’Alga en el islote de s’Espalmador, y 26 en Caló de s ’Olí. Entre otras acciones, la instalación de 77 boyas ecológicas ha evitado que las embarcaciones que visitan estas calas puedan amarrarse sin que sus sistemas de anclaje ocasionen la degradación o destrucción de las praderas de Posidonia. Las boyas son para embarcaciones de pequeña eslora (hasta 25 metros) y se pueden reservar a través de internet. La implantación de los campos de boyas en Formentera ha tenido muy buena aceptación entre los navegantes.
  • Servicio de asistencia y vigilancia del fondeo: En el año 2013, el Govern de les Illes Balears puso en marcha en la zona de la playa de Ses Illetes, en el Parque Natural de Ses Salines, un servicio de vigilancia y asistencia al fondeo. Los vigilantes tienen la función de informar y concienciar a los navegantes sobre la importancia de fondear sobre la arena y no sobre la Posidonia. Ayudan a los capitanes durante la maniobra ya que hay un gran número de embarcaciones fondeadas en Illetas durante la temporada alta. Los vigilantes además controlan que no se produzcan vertidos u otras actividades que perjudiquen la calidad de nuestras aguas. Tanto los pequeños veleros como los yates más grandes del mundo quieren disfrutar de las aguas cristalinas de Formentera.

Life Reusing Posidonia ha sido diseñado por Carles Oliver Barceló, Antonio Martín Procopio, Joaquín Moyá Costa, Alfonso Reina Ferragut, Maria Antònia Garcías Roig.

Descripción del proyecto por IBAVI. Instituto Balear de la Vivienda

El proyecto recibió una subvención de 754.012 euros del programa europeo LIFE+ 12 en la categoría de Gobernanza Medioambiental para proyectos contra el cambio climático.

Todas las viviendas están en régimen de alquiler, y tienen dos dormitorios con sala de estar, cocina y comedor con doble orientación.

Life Reusing Posidonia: Más información.

Save Posidonia Project: Más información.

Fotografías: Life Reusing Posidonia.